martes, 1 de diciembre de 2009

El progreso de las civilizaciones
(se ha convertido en un gran desastre.)

La civilización ha llegado a niveles sorprendentes. Hemos descubierto nuevas formas de comunicación instantanea a partes del mundo, hemos descubierto la cura a enfermedades que hace siglos se desconocía y provocaban catástrofes, y hemos evolucionado el pensamiento aceptando niveles de razonamiento que antes ni siquiera eran considerados.

Pero mientras ayer estaba en una fiesta, me di cuenta que todo este avance fué en vano: mientras Beethoven o Chopin hace mucho tiempo crearon compsiciones impresionantes en un piano con tan solo dos manos, y pudieron tocar infinidades de notas simultáneas para crear melodías a las cuales los oidos se deleitan al escuharlas, nosotros, los adolescentes que componemos la nueva generación, cantamos solo onomatopeyas (letra de la canción es : parapapapapa-pa-pararara-papá-rrraaaa-paparrá-cachipúm-parrapapapapapapara-papá.)
y la bailamos gritando y sonriendo increiblemente como si fueran una de las mejores odas escuchadas en añares.

Vamos como el orto, yo aviso nomás.

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